fbpx
woman wearing blue and white skirt walking near green grass during daytime

¿Por qué se celebra el Día de la Niña?

Las niñas están tomando las riendas de un mundo que es importante para ellas y las generaciones venideras. ¡Celebremos sus logros en el #diadelaniña!

Este año, la ONU ha elegido el tema “una generación de niñas sin un guión preestablecido e imparables” para celebrar los logros alcanzados aunque todavía hay millones de niñas en todo el mundo que son forzadas a casarse, no pueden ir a la escuela y sufren abusos sexuales.

En el Día Internacional de la Niña, que se celebra el 11 de octubre, únete a ONU Mujeres para apoyar a las niñas de todo el mundo que inspiran, innovan y toman las riendas de su futuro.

DíaInternacionalDeLaNiña

Un estudio publicado esta primavera recogió datos de casi 40 años, entre 1970 y 2017, y calculó que en ese periodo hubo 45 millones de #abortos selectivos de niñas. La mayoría, en China y la India.

Decirle “NO” al matrimonio infantil

Cada día, decenas de miles de niñas se convierten en niñas casadas. El matrimonio infantil viola sus derechos, pone en peligro su salud y torna incierto su futuro. Pero cuando las niñas son empoderadas para luchar, para negarse o escapar del matrimonio infantil, no hay límites para sus aspiraciones. Este Día de San Valentín veremos qué sucede cuando las niñas dicen “NO”.

A escala mundial, una de cada cinco niñas se casa antes de cumplir 18 años. 

Pero niñas como Kakenya Ntaiya están rechazando esta práctica. “Crecí en la zona rural en Kenya, donde la tradición indicaba que las niñas debían someterse a la mutilación genital femenina en preparación para el matrimonio a edad temprana”, explicó al UNFPA. “En mi caso, escapé del matrimonio infantil y luché por mi educación”. Se convirtió en asesora de jóvenes para el UNFPA, y fundó el grupo Kakenya’s Dream de empoderamiento de niñas.

Las niñas casadas suelen abandonar la escuela, pero su instrucción puede romper el ciclo de la pobreza. 

En Iraq, Elaf tenía dos hermanas adolescentes que abandonaron la escuela después de casarse. “Ambas desearían no haberse casado tan jóvenes”, admite. “Mi sueño era ser farmacéutica, así que cuando mi padre decidió que debía casarme a los 15 años, me negué”. Elaf tiene hoy 26 años y estudia farmacia.

Las niñas casadas suelen quedar embarazadas aún adolescentes y, una vez embarazadas, suele presionárseles para que se casen.

Esa fue la experiencia de Poni Helen en Sudán del Sur. “Mis padres querían que me casara cuando quedé embarazada a los 16 años. Los desafié porque quería terminar la escuela, pero no me apoyaron, así que trabajé y fui a la escuela. Hoy tengo 23 años y estudio Derecho mientras crío a mi hijo de seis años”.

El embarazo en la adolescencia aumenta el riesgo de complicaciones.

Hay que pagar un precio cuando los sueños propios son destrozados.”Mi madre se casó muy joven, y aunque completó su educación superior no se le permitió trabajar después de casarse,” afirma Farah Faizah, en Bangladesh. “Eso dejó un impacto duradero en su bienestar físico y mental”. Hoy en día, la Sra. Faizah trabaja para las Naciones Unidas. “Si me hubiera casado muy joven, no creo que habría tenido las mismas oportunidades”.

Sin embargo, las familias suelen recurrir al matrimonio infantil porque lo ven como la única opción de una niña, una creencia fundada en la pobreza, la inseguridad y la desigualdad de género. 

“En mi ciudad natal se obliga a muchas niñas a contraer matrimonio. Los padres tienden a pensar que las niñas no tienen futuro si no se casan”, explica Hayat Outemma al UNFPA en Marruecos. “Soy muy afortunada porque pude terminar la escuela. Ahora soy maestra y activista social, y trabajo para cambiar la mentalidad sobre la educación de las niñas y el matrimonio infantil”.

Las niñas sometidas a este tipo de matrimonio son extremadamente vulnerables. Pueden estar expuestas a violencia, y a menudo no pueden defender sus derechos ni satisfacer sus necesidades. 

“A los 15 años dejé de asistir a la escuela para casarme con un sargento del ejército 20 años mayor que yo”, declara Chipasha, hoy en día defensora de niñas en Zambia. “Mi esposo abusó de mí… incluso cuando estaba embarazada de su hijo”. Pero entonces comenzó a visitar un espacio seguro apoyado por el Programa Mundial para Poner Fin al Matrimonio Infantil, del UNFPA-UNICEF. “Con la ayuda de nuestra mentora, finalmente salí junto con mi bebé de un matrimonio abusivo”.

Los matrimonios infantiles ocurren en todo el mundo, en todo tipo de comunidades y religiones.

Pero cuando las niñas conocen sus derechos, pueden valerse por sí mismas.

En Georgia, los padres de Chinara Kojaeva intentaron casarla con solo 15 años. “Me puse en contacto con la policía, y más tarde mis padres me prometieron que me permitirían recibir instrucción y no casarme hasta que cumpliera 18 años”. Pero cuando tenía 17 años, intentaron nuevamente obligarla a contraer matrimonio. Ella lo denunció a las autoridades y se mudó a un refugio. Allí Chinara asiste a clases y aprende a pintar y a boxear. “Aquí empecé una nueva vida”, sostiene.

En Estados Unidos, Jada fue amenazada con el matrimonio infantil forzoso con apenas 12 años. Buscó ayuda en el grupo de derechos Tahirih, y encontró refugio en casa de un pariente. “He logrado cosas fabulosas por no haberme casado temprano”, afirma Jada, que ahora tiene 17 años. “He seguido mi sueño de convertirme en bailarina”.

El Programa Mundial para Poner Fin al Matrimonio Infantil, del UNFPA-UNICEF, está llegando a millones de niñas y miembros de la comunidad con información y servicios para poner fin al matrimonio infantil.

“Al crecer no me di cuenta de que a muchas niñas se les niega la instrucción y se las fuerza a casarse precozmente. Tuve la suerte de recibir una educación que me abrió las puertas”, afirma Marie-Claude Bibeau, ministra de Desarrollo Internacional de Canadá. El Gobierno de Canadá es uno de los principales promotores del Programa Mundial. “Todos debemos trabajar incansablemente para ayudar a las niñas y mujeres jóvenes a superar las barreras a sus derechos y desarrollo para que puedan alcanzar su máximo potencial”.

Aun así, el matrimonio infantil no disminuye lo suficiente rapidez. Si no se aceleran los esfuerzos para poner fin al matrimonio infantil, al menos otros 150 millones de niñas se casarán de aquí a 2030. “El 90 % de mis amigas de la secundaria se casaron siendo adolescentes”, calcula Roceli Dzib García al hablar con el UNFPA en México. “He podido continuar mi educación universitaria gracias al apoyo de mi madre”.

A quienes logran escapar del matrimonio infantil les espera toda una vida de oportunidades. 

“He visto niñas casadas que viven una vida infeliz,” asegura Rukaiyah, en Indonesia, quien soportó años de ridículo por negarse a casarse muy joven. “Hacía oídos sordos cuando mis amigas se burlaban de mí; me llamaban ‘vieja virgen'”. Ella, en cambio, dedicó su energía a apoyar los derechos de las mujeres y a crear su propio negocio de fabricación de chips. Hoy tiene amplio personal y una familia feliz. “Creo que las mujeres deben poder desarrollar sus talentos y aprovechar todas las oportunidades de cara al futuro”, declara.

Comenta