Cimacnoticias*
Por Hazel Zamora Mendieta, Angélica Jocelyn Soto Espinosa y Anayeli García Martínez
Faltaban escasos minutos para que en Palacio Nacional, en la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador iniciara, como cada día, su conferencia de prensa. Eran las 6:30. No había salido el sol y aún reinaba el silencio de la mañana, pero afuera del edificio, en la cara que da a la plancha capitalina, ya crecía, de a poco, un pequeño contingente de mujeres.
Unas voces que venían de la calle de Corregidora rompieron el silencio. “No fue crimen pasional, fue un macho patriarcal”, se escuchó lejanamente. Luego aparecieron ellas: decenas de mujeres, la mayoría vestidas de negro, encapuchadas y con pancartas, que marcharon hasta el Zócalo para exigir justicia por el feminicidio de Ingrid Escamilla, asesinada el 10 de febrero en la CDMX. También pedían castigo por la filtración y publicación de las fotos del cuerpo sin vida de la joven.
Frente al gran edificio, cerca de las puertas de madera, las esperaba desde muy temprano Lidia Florencio, madre de Diana Velázquez, una joven de 24 años asesinada en Chimalhuacán, Estado de México, en 2017 y cuyo caso permanece impune. Lidia y la hija que le sobrevive se unieron a esas voces para gritar los nombres de otras tantas mujeres asesinadas en México en los años recientes.
“!Queremos justicia. Nos están matando, carajo¡ Estado feminicida. ¿12 mujeres asesinadas diarias y te sigue preocupando tu puta rifa? ¡12 mujeres en este país pierden la vida a manos de alguien que decidieron amar y a ustedes les sigue valiendo madres, siguen lucrando con nuestras vidas!”, fueron algunos de los mensajes que las mujeres lanzaron a grito abierto frente al Palacio.
Su objetivo era que el mandatario federal no se escabullera esta vez para responder sobre los asesinatos de mujeres en el país, como lo hizo con la prensa dos días antes cuando pidió que no se le preguntara sobre feminicidio para no opacar la rifa para el avión presidencial.
En poco tiempo, las consignas se convirtieron en bombas de pintura que cayeron sobre las puertas de madera. Más tardaron las mujeres en lanzarlas, que en activarse una cascada de agua automática para limpiar las puertas.
“¿Ya se pronunció?, “¿ya dijo algo?”, preguntaban las mujeres reiteradamente a las personas de la prensa que se quedaron con ellas. “No”, “No ha dicho nada”, les decían algunas.
Frente al silencio del mandatario, ellas gritaban más fuerte. Después, los gritos se convirtieron en letras de aerosol que trazaron sobre los muros del gran Palacio: “Nos están matando, México feminicida”. Las consignas también se hicieron fuego que brilló en el suelo y sobre una manta larga que cubría un poste conmemorativo
Sólo así llegaron las respuestas. Decenas de policías de la ciudad aparecieron en la zona. Los uniformados, que portaban escudos de plástico, primero hicieron fila frente a la Catedral, a varios metros de distancia, pero poco a poco se fueron acercando en pequeñas filas hasta quedar frente a las puertas del Palacio.
“¡Sal da dar la cara!”, gritaron las defensoras al presidente. Pero en lugar de que López Obrador se pronunciara, salió por un breve momento el subsecretario de Gobernación, Félix Arturo Medina Padilla, quien dijo a algunos medios que quería hablar con las mujeres, pero apenas se acercaron, él y su comitiva echaron a correr sobre la plancha del zócalo llena de vallas. Ellas los siguieron con gritos hasta que ellos se perdieron.
El sol salió por completo sin que nadie diera respuesta a las feministas. De pronto alguien avisó que una reportera ya cuestionaba al Presidente al respecto. Los medios se armaron en grupos pequeños para escuchar desde un celular; las manifestantes pusieron su megáfono a un teléfono y por un momento cedieron su voz a la reportera y al presidente.
Reciben a comitiva
“Dejemos de escuchar a López Obrador, mejor vamos a protestar”, gritó una y siguieron con sus consignas. Una de las feministas retomó el megáfono y dijo: nos avisan que entre nosotras hay un agresor y es prensa, el reportero Pablo Ramírez. Todas corrieron para sacarlo, pero él se resguardó dentro de Palacio.
Al enterarse de que López Obrador se negó al diálogo, las manifestantes ejercieron presión sobre la calle Moneda, donde se esperaba que saliera la prensa al terminar la conferencia, pero personal de Palacio Nacional sacó a las y los reporteros en otra de las salidas para evitar abrir la puerta al contingente.
Tres horas después, y al cierre de la matutina, se avisó a las manifestantes que se recibiría a una comitiva de 10. Ellas dijeron a los medios que fueron convocadas por Comunicación Social del Instituto Nacional de las Mujeres, pero al final resultó que las recibiría la Directora General de Atención Ciudadana de Palacio, Leticia Ramírez.
Las mujeres se organizaron entre sí y decidieron quiénes irían. La mamá de Diana iba al frente. Una hora más tarde, las manifestantes salieron e informaron a la prensa que Leticia Ramírez las escuchó durante todo ese tiempo para al final decirles que no tiene competencia ni capacidad para resolver ninguna de sus exigencias.
Apenas concluyeron las declaraciones de las feministas, un grupo de hombres que no iban con el contingente se hicieron de golpes en medio del tumulto. Las mujeres caminaron con prisa para salir a salvo, pero durante todo su camino, esos mismos hombres que pelearon las siguieron y les tomaron fotos.
AMLO: sordo a los reclamos de mujeres
En el salón del Palacio Nacional donde diariamente López Obrador recibe a los medios de comunicación, resonaban las consignas de las mujeres que protestaban afuera contra el feminicidio. Sin embargo, el presidente arrancó su conferencia con información del despliegue en el territorio de la Guardia Nacional. Guiado por las preguntas de los periodistas, bromeó sobre la venta de su libro, e insistió en la importancia de la rifa del avión presidencial. De fondo, seguían los barullos de la protesta.
Fue hasta que un reportero cuestionó sobre la manifestación. “Estamos atendiendo el problema de los feminicidios, celebramos que las mujeres defiendan su derecho a la seguridad, no es nuestro propósito ofender a nadie, me pronuncio en favor de las mujeres, contra el feminicidio, no se van a modificar las leyes para aminorar el castigo a delincuentes, estoy contra del machismo, respecto a las mujeres, todos debemos respetar a las mujeres, y no quiero que quede ninguna duda sobre eso”, respondió el mandatario con cautela, pues dijo, los medios de comunicación tienden a cambiar sus declaraciones.
Las mujeres periodistas fueron las principales en insistir a López Obrador un pronunciamiento concreto a las demandas de las manifestantes, quienes lo escuchaban afuera en un megáfono. Pero como en otras ocasiones, el presidente apresuró a cerrar la discusión e improvisó un decálogo contra el feminicidio:
1) Estoy contra de la violencia en todas sus manifestaciones; 2) se debe proteger la vida de hombres y mujeres; 3) es una cobardía agredir a la mujer; 4) es una anacronismo, un acto de brutalidad el machismo; 5) se tiene que respetar a las mujeres; 6) no agresiones a mujeres; 7) no a crímenes de odio contra mujeres; 8) castigo a los responsables de los crímenes contra mujeres; 9) el gobierno se va ocupar siempre de garantizar la seguridad de las mujeres; 10) garantizar paz y la tranquilidad de las mujeres”.
Las manifestantes insistían en que el mandatario las atendiera, pero categóricamente dijo que no saldría, que ya había expuesto su postura. “Que no la paren –la protesta-, que se sigan manifestando, que todo lo que resiste, apoya”, finalizó el presidente.
Frente a una problemática que cobra la vida de 10 mujeres al día, de acuerdo con cálculos de Naciones Unidas, el periodista Carlos Domínguez a quien le fue asignado el turno de preguntar al presidente, pidió que se dejara a un lado el tema de feminicidio porque el “presidente ya había hablado mucho del tema”. Nación 14, el medio donde se desempeña el reportero, tuvo que lanzar un comunicado disculpándose por la falta de sensibilidad de su trabajador.
Se alista mitin y marcha
Alrededor de las 4 de la tarde, los grupos de manifestantes seguían organizándose para exigir un alto a las coberturas revictimizantes y sensacionalistas de los medios de comunicación, en particular cuando se trata de casos de feminicidio como el de Ingrid Escamilla.
En el antimonumento en honor a las víctimas de feminicidio que se ubica frente al Palacio de Bellas Artes, arriban mujeres con veladoras y pancartas para organizarse y salir rumbo a las instalaciones de La Prensa, ubicada en la Colonia Tabacalera, uno de los medios que difundió en portada, el cuerpo de Ingrid.
*Cimacnoticias es periodismo con perspectiva de género https://cimacnoticias.com.mx/2020/02/14/feministas-exigen-respuestas-a-violencia-feminicida-estado-las-ignora