La violencia y los conflictos armados también impactan en los niños, señala UNICEF
Casi una cuarta parte de la niñez del mundo, es decir 535 millones de niños y niñas, vivían en 2016 en países afectados por desastres naturales, conflictos armados, violencia y crisis; por lo que UNICEF hizo un llamado a destinar el financiamiento necesario para atender a este sector de la población ante riesgos de desastres.
En el marco de la Plataforma Global para la Reducción de Riesgos de Desastres que se lleva a cabo en México, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia dijo que el impacto de los desastres naturales y el cambio climático está forzando a miles de niños a huir de sus hogares, atrapándolos detrás de las líneas de conflicto y poniéndolos en riesgo de enfermedades, violencia y explotación.
Este organismo internacional instó a los países a centrar su atención en los niños, niñas y adolescentes, quienes resultan los más vulnerables ante todo tipo de desastres y destacó la necesidad de que en las evaluaciones de riesgos de desastres y de clima siempre se tenga en cuenta a los niños y niñas.
“Es importante saber quiénes son los niños que están en riesgo, qué edad tienen, dónde viven y cuáles son sus necesidades para tomar las medidas necesarias para minimizar el impacto de los desastres sobre ellos”, dijo Christian Skoog, Representante de UNICEF en México.
“Es esencial que los países sepan cómo evaluar los riesgos a los que se enfrentan los niños en casos de desastres para poder desarrollar programas que fortalezcan la capacidad de recuperación”, añadió.
Skoog indicó que los sectores de protección social y educativo son fundamentales para ayudar a las comunidades a hacer frente a los desastres, incluido el cambio climático.
“Las escuelas no deben ser destinadas como albergues cuando ocurre un desastre natural porque eso dificulta el rápido regreso de los niños y niñas a clases y, con ello, a su rutina normal, lo cual es altamente recomendado cuando ocurren emergencias”, señaló.
Por lo anterior, es muy importante que los países estén preparados con la infraestructura necesaria para atender a la población en casos de desastres, ya que ello contribuirá a que el impacto sobre la población infantil sea menor.
UNICEF trabaja con los gobiernos locales y otros socios para ayudar a las comunidades, no sólo a entender los riesgos que corren, sino a diseñar planes y programas para ayudarlos a enfrentarlos.
Ha incorporado la metodología de Reducción de Riesgos de Desastres (DRR) en diversos sectores. Por ejemplo, en México aplica una serie de planes de prevención de riesgos de desastres en los que se involucran las escuelas y las comunidades para tener toda la información que les ayude a saber cómo actuar ante la ocurrencia de inundaciones, deslaves y otros desastres naturales. En Etiopía ayuda a continuar el tratamiento contra la desnutrición en zonas de sequía, mientras que en Nepal los programas de seguridad escolar enseñan a los niños con conocimientos sobre riesgo de desastres, además de apoyar la construcción de una infraestructura más segura.
El representante de UNICEF destacó la importancia del financiamiento público para asegurar que se minimice la exposición y la vulnerabilidad de las escuelas -entre otros servicios básicos- a los desastres.
“Cuando una emergencia afecta a los niños requieren protección especial para garantizar su seguridad y bienestar. Los huracanes, los tifones y las tormentas tropicales pueden causar estragos incluso en las naciones desarrolladas, pero los países que sufren de pobreza, deforestación o servicios de emergencia inadecuados enfrentan catástrofes potenciales”, comentó Skoog.