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El síndrome de la oficina enferma

Trabajar en un ambiente cerrado, sin luz natural y entre gritos, ocasiona este mal.

Si estás en una oficina en la que hay poca ventilación, escasa iluminación y, además, se grita mucho – superando los 70 decibeles- es probable que dentro de poco seas uno de los trabajadores que sufra el llamado Síndrome de la Oficina Enferma.

La Organización Mundial de la Salud lo ha definido como un conjunto de enfermedades originadas por la contaminación del aire en espacios cerrados.

Los síntomas más comunes son dolores de cabeza, conjuntivitis, náuseas, vértigos, cansancios, problemas dermatológicos, ronquera, sensación de sequedad en la piel y dificultad de concentración.

El trastorno se agudiza por pasar muchas horas en el mismo puesto de trabajo y la mayoría de los afectados asocia las molestias al mobiliario de oficina: silla, ordenadores, alfombras, altura de mesas, etc.

La explicación a esto es bastante sencilla: para cualquier persona resulta mucho más sencillo concentrarse en un espacio libre de elementos distractores, como lo pueden ser la basura acumulada, elementos fuera de su lugar o molestias físicas provocadas por polvo y malos olores, por ejemplo, la irritación de las vías respiratorias, ojos llorosos, erupciones en la piel, alergias, resfriados, entre otros.

Es por esta razón que resulta vital darle un cuidado y mantenimiento adecuado a las oficinas, mantenerlas aseadas y ordenadas, ya que no sólo las personas que laboran ahí conocen el estado del espacio de trabajo, sino cualquier visitante, que tan sólo con echar un vistazo puede recabar mucha información respecto a cómo se manejan los asuntos al interior de la empresa.

Si la oficina está alfombrada o los muebles están tapizados, los problemas pueden ser aún mayores, pues las fibras sintéticas o naturales con las que se fabrican son lugares ideales para la acumulación de suciedad y para el desarrollo de bacterias y microorganismos responsables de alergias, enfermedades respiratorias e infecciones en la piel.

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Photo by Polina Zimmerman on Pexels.com

Cada vez que una persona pasa sobre la alfombra o se sienta en un sillón sucio se levanta polvo con microorganismos suspendidos que inhalamos sin darnos cuenta y en poco tiempo podemos desarrollar alguna enfermedad ocasionada por virus o infección bacteriana y contagiar al resto de la oficina.

Mantener la limpieza en este sentido es muy importante, Juan Manuel González Arellano, director de Cleanwork Orange, compañía dedicada a la limpieza y desinfección profunda de textiles, recomienda para el tratamiento de sillones y alfombras hacer una limpieza profunda cada 6 meses y la aplicación de rayos ultravioleta sin filtro UV-C germicida los cuales desactivan el ADN de las bacterias, virus y otros agentes patógenos, lo que elimina su capacidad de multiplicarse y causar enfermedades.

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