Oxfam México presentó “Por mi raza hablará la desigualdad”
Las personas que son y se reconocen como indígenas, son morenas o mulatas y hablan una lengua indígena; cargan una acumulación histórica de desventajas porque suelen provenir de familias con carencias sociales y de lugares con bajos niveles de desarrollo.
A eso hay que sumar que tienen más riesgo de no terminar la primaria, pocas llegan a ser empleadoras y sus posibilidades de pertenecer al grupo de la población con más riqueza son mínimas. El riesgo además aumenta si se trata de mujeres.
La investigación “Por mi raza hablará la desigualdad” de Oxfam México, hecha por Patricio Solís, Braulio Güemez Graniel y Virginia Lorenzo Holm, demuestra con datos que la lengua que se habla, el tono de piel y el origen étnico no sólo son motivos de discriminación, sino que por años éstos han sido códigos que han naturalizado y perpetuado la desigualdad dentro de las familias, círculos sociales y medios de comunicación, impactando significativamente en las oportunidades de desarrollo de las personas.
“Hay personas que nacieron con características que les dan beneficios y que provienen de familias que han acumulado ventajas y las han transmitido. Una mujer indígena, que no habla español y que tiene un color de piel oscuro enfrenta una acumulación de discriminaciones que tienen efecto sobre su vida y futuro. Las oportunidades deben estar al alcance de todas las personas, sin que el origen-étnico determine tu futuro, independientemente de tu esfuerzo. México debe implementar políticas públicas para detener las prácticas de discriminación actuales y resarcir las desventajas históricas que han enfrentado millones de personas que hablan una lengua indígena, se identifican como parte de una comunidad indígena, negra o mulata; y tienen un tono de piel oscuro”, exhortó Ricardo Fuentes Nieva, director ejecutivo de Oxfam México.
Desde un enfoque multidimensional e interseccional, considerando factores esenciales como el género, los principales hallazgos son:
- El 43% de las personas hablantes de lenguas indígenas no completaron la primaria, en contraste, sólo 11.5% de quienes hablan español, no lo lograron.
- El grupo con mayores ventajas es el de personas mestizas o blancas, ya que 25% de ellas lograron estudios superiores.
- Las personas negras o mulatas únicamente llegaron a la educación superior en 12.4% y las indígenas en 8.5%.
En cuanto a la ocupación:
Mientras el 10.4% de las personas indígenas y el 13.4% de las personas negras o mulatas alcanzaron ocupaciones como empleadoras o en la clase de servicios, el 25.7% de las personas mestizas y blancas lograron llegar a esas posiciones.
En contraste, el 18.8% de las personas mestizas o blancas tuvo como destino las ocupaciones manuales de menor calificación, porcentaje que incrementa a 40.5% entre las personas indígenas y a 31.7% entre las personas negras y mulatas.
Y en relación a la acumulación de riqueza, mientras más claro sea el tono de la piel hay mayor posibilidad de tener una situación económica privilegiada, es decir:
En el grupo de la población más pobre se mantiene el 30.3% de las personas con piel oscura y el 20.9% de las personas con piel morena.
“Transformar esta realidad exige considerar a todas las personas sin polarizar ni excluirnos. Contemplar que muchas poseemos simultáneamente rasgos lingüísticos, identitarios y físicos que nos exponen al racismo, la discriminación y la desigualdad. Es necesario trabajar en la construcción de políticas públicas con un enfoque de acción afirmativa que permita igualar oportunidades a lo largo del ciclo de vida, en materia de educación, nutrición, salud y acceso a la justicia. El Estado mexicano debe generar los mecanismos y destinar los recursos para ofrecer servicios públicos incluyentes hacia la población hablante de lengua indígena“, concluyó Fuentes Nieva.
La investigación “Por mi raza hablará la desigualdad” está disponible en www.oxfammexico.org.