¿Quién no recuerda a Miranda Priestly (Meryl Streep) en la película de culto del 2006?
Hace 11 años se exhibió por primera vez la película “El diablo viste a la moda”, en Twitter se difundió una escena suprimida del filme que protagonizaron Meryl Streep, Anne Hathaway y Emily Blunt.
Una de las escenas eliminadas de la cinta cambiaría radicalmente la trama. Checa por qué:
I’m just seeing this deleted scene from The Devil Wears Prada for the first time, and honestly it changed the whole movie for me pic.twitter.com/6Zkr6UxHQO
— Spencer Althouse (@SpencerAlthouse) 28 de agosto de 2017
Spencer Althouse
Sinopsis:
Andy (Anne Hathaway) es una universitaria recién graduada con grandes sueños. Tras conseguir trabajo en la prestigiada revista Runway, se convierte en asistente de la diabólica editora Miranda Priestly (Meryl Streep). Andy cuestiona su habilidad para sobrevivir a su cruel empleo como la ayudante de Miranda sin resultar dañada.
Tanto el libro como la película son una sátira del mundo de la moda, por lo que siguen la línea de la película Prêt-à-porter dirigida por Robert Altman. La película fue filmada entre octubre y diciembre de 2005 en Nueva York y París.
La interpretación de Meryl Streep recibió excelentes críticas, y más tarde, obtuvo nominaciones, incluyendo uno para los premios Óscar 2006, así como para el Globo de Oro como Mejor Actriz en Comedia o Musical. Emily Blunt también llamó la atención favorable y nominaciones, al igual que muchos de los involucrados en la producción de la película. Si bien la reacción crítica a la película en su conjunto fue más mesurada, fue bien recibida por el público, convirtiéndose en un éxito de taquilla veraniego tras su estreno para el 30 de junio de 2006 en Norteamérica. El éxito comercial y el elogio crítico por la interpretación de Meryl Streep continuó en el mercado extranjero, con la película liderando la taquilla internacional en todo octubre. Esta, es una de las películas con alto presupuesto en la carrera de Streep (la segunda siendo Mamma Mia!) y la primera en la carrera de Anne Hathaway.
Aunque la película está ambientada en el mundo de la moda, muchos diseñadores y personajes notables evitaron aparecer como ellos mismos por temor a disgustar a la editora de Vogue, Anna Wintour. Según las propias palabras de la productora de la película, Wendy Finerman, ‘‘tuvimos algunos problemas con gente que no estaba dispuesta a cooperar tanto como esperábamos’’ porque algunos estaban ‘‘asustados por lo que estábamos haciendo y los comentarios que hacíamos sobre la moda’’. A pesar de eso, quien sí hizo una aparición estelar en la película fue el diseñador italiano Valentino Garavani, gracias a la propia Finerman, junto a conocidas supermodelos de la talla de Heidi Klum o Gisele Bündchen.
La razón por la que muchos notables de la moda evitaron inmiscuirse, fue porque Wintour está ampliamente considerada como la inspiración que da vida al personaje de Miranda Priestly, la terrible editora jefe de Runway. Y es que la autora del libro, Lauren Weisberger, pasó 11 meses como asistente de Wintour en Nueva York. Según las propias palabras de Weisberger, trabajando para Vogue aprendió ‘’el lenguaje de los tacones de aguja y de Starbucks’’, según parece, dos grandes aficiones de Wintour. De hecho, en el documental The September Issue (R. J. Cutler, 2009), podemos escuchar a la editora de Vogue diciendo cosas como: ‘’Este tipo de letra es enorme y pretencioso, parece que sea para ciegos’’ o ‘’todo esto es horrible’’ y ‘’parece embarazada’’, mientras revisa las fotografías para el número de septiembre de 2007, frases que sin duda podrían atribuirse al personaje de Miranda Priestly. Esta creencia de que Priestly es un reflejo de Wintour se afianza si tenemos en cuenta que su despacho en la película es curiosamente muy similar al de la propia Wintour en Vogue.
A pesar de todo, Wintour superó su inicial escepticismo, diciendo que le gustó la película y el papel de Meryl Streep en particular. Además, demostró que definitivamente tiene sentido del humor apareciendo en el estreno de la película vestida de Prada.
Muchos diseñadores permitieron utilizar su ropa y accesorios para la película, convirtiéndola en la película con vestuario más caro en la historia, utilizando unas cien marcas diferentes. Se estima que costó alrededor de un millón de dólares, aun cuando el presupuesto inicial era de solo cien mil dólares.