fbpx

¿Qué hay detrás de la crisis política en el Congreso de la Unión?

El relato de un hecho que supera la ficción y las tramas de intriga, traiciones y ambición por el poder.

 

Primer acto: Ambición

PAN y PRD buscan aliarse en un gran frente opositor que saque al PRI de los Pinos e impida la llegada de López Obrador.

En este acto entran las ambiciones personales: Anaya quiere ser el candidato del PAN y eventualmente del Frente. Esto al interior del PAN genera descontento entre quienes también aspiran la candidatura: Rafael Moreno Valle por un lado y Margarita Zavala por el otro (con los Calderonistas atrás de ella)

La grilla se atiza, cuando El Universal publica que Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, tiene propiedades de más de 300 millones de pesos. La información provocó el enojo del panista quien anunció que demandaría por difamación y acusó al gobierno federal de estar detrás de esa campaña negativa. Los panistas adversarios le piden que rinda cuentas y de paso que deje la dirigencia del partido, para que ya no siga haciendo campaña con los recursos de todos los panistas

En el otro escenario aparecen Ricardo Monreal y Morena, cuando en un supuesto ejercicio democrático se decidió levantar una encuesta para conocer quién será el candidato del partido al gobierno de la Ciudad. Ah, no, usted disculpe querido público, porque lo que dice Morena que se eligió fue a la coordinadora de organización en la Ciudad de México.

El punto es que los cuatro aspirantes al gobierno de la Ciudad: Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal, Martí Batres y Mario Delgado (ellos mismos anunciaron sus aspiraciones por ese cargo) fueron sometidos a la preferencia ciudadana a través de un método poco transparente, cuestionado y que quién sabe dónde se realizó porque a mi nunca me preguntaron, ¿a usted si?

La ambición de Monreal se hizo evidente cuando en un mitin y en entrevistas reiteró que sólo tiene un plan A: ser el próximo gobernante de la ciudad. ¿A costa de lo que sea? ¿Por las siglas partidistas del mejor postor?

Segundo acto: Traición

En un golpe estratégico del PRI, a quien no le conviene para nada un frente opositor, se prepara en el Senado una trampa para avivar el fuego del encono y división panista, pues le ofrecen a Ernesto Cordero, contrario y uno de los principales críticos de Anaya, la Mesa Directiva. La gana con los votos del PRI, PVEM, PRD, PT (aquí incluidos los Morenistas), y los votos de panistas como Javier Lozano, Jorge Luis Lavalle, Roberto Gil Zuarth, Salvador Vega y Octavio Pedroza.

El juego del PRI le permite matar dos pájaros de un solo tiro: amarró las alianzas con los panistas que no quieren a Anaya para aprobar al Fiscal General de la República y el pase automático del procurador Raúl Cervantes, y sabotea el frente opositor que empuja el dirigente del PAN con otras fuerzas políticas.

Los panistas llamados “traidores” por Anaya, logran sabotear el poder político del dirigente panista en el Senado y le dan un rayón a sus aspiraciones presidenciales.

En el climax de este segundo acto, Ricardo Anaya responde con un golpe maestro orquestado desde la otra Cámara, la de Diputados y, a través de sus aliados tronó los acuerdos para que el priísta Jorge Carlos Ramìrez Marín fuera el presidente de la Mesa Directiva.

El efecto logrado fue que no se eligió a la Mesa Directiva, la Cámara entró en una crisis legislativa nunca antes vista, que tendrá que subsanarse a más tardar el 5 de septiembre, y se afectó el acto protocolario de entrega-recepción del Quinto Informe.

El pataleo de Anaya afectó de paso los reflectores del secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong, uno de los aspirantes del PRI.

Y además ordenó a la Comisión Permanente del PAN en el DF a levantar procedimientos contra los traidores Cordero y Gil; Lozano, por ejemplo, enfrentará a la comisión de justicia de su estado: Puebla. Anaya los quiere fuera del partido por indisciplinados y traidores.

En el otro escenario, continúan las fugas del PRD. Salen Dolores Padierna y René Bejarano para sumarse al acuerdo de unidad de López Obrador. ¿Traidores al partido? Mientras tanto su dirigente Alejandra Barrales manda un ultimátum: “Basta de simulaciones, los que se quieran ir que se vayan, pero que no se tarden mucho”.

Tercer acto: Préambulo del 2018

Este acto inicia con incertidumbre política, con un futuro lleno de especulaciones e interpretaciones a modo:

Los hechos:

1.- Un Congreso en crisis, con una Cámara de Diputados en riesgo de caer en un vacío legal por la terquedad de los partidos políticos

2.- Un acuerdo de PRD  y PAN de conformar un frente opositor que nace impugnado por sus propios militantes

3.- Un PRI y un MORENA cabildeando para sumar aliados y reventar el Frente

4.- Y esta batalla aún no comienza, porque el proceso electoral inicia el viernes…

Lo que nos falta por ver…

¿Cómo se llama la obra?

Comenta