En las casas mexicanas hay pocas cosas tan sagradas como los tuppers para guardar la comida. Se pueden perder celulares, carteras o dinero en efectivo, pero nada dolerá más que la desaparición del envase favorito, como lo demuestran los memes de señoras desmayadas con la frase “cuando le pierdes un tupper a tu mamá”.
Además de que son sagrados, son súper útiles y necesarios en la vida diaria porque varias encuestas han demostrado que alrededor del 50 por ciento de los godínez llevan comida al trabajo y el gasto se reduce a la mitad en comparación a comer en fonditas de la calle.
La conclusión es que los mexicanos no pueden vivir sin los tuppers, así que es importantísimo cuidarlos bien para que duren muchos años y lavarlos correctamente para que no huelan mal o impregnen la comida de sabores anteriores. Si eres uno de tantos godínez que los lleva a diario al trabajo, presta atención a estos consejos para que te conviertas en la envidia de la oficina.
Comer y enjuagar: No todos tienen tiempo de lavar los tuppers en el trabajo y mejor así porque a veces la fila es desesperante. De menos échale agua, jabón y shake it, shake it como si fueras un bartender profesional. Eso impedirá que los restos de comida y la grasa se peguen. Si en tu trabajo no hay tarja, hazlo en el baño o ¡cambia de trabajo!
Lavar con manos y fibras: Si tienes tiempo para lavar después de comer, pues hazlo. Primero enjuaga, luego vierte un poco de jabón y restriega con tus dedos (secreto de la abuelita), vuelve a enjuagar y después toma una fibra Scotch-Brite® Cero Rayas® para restregar más fuerte sin dañar el plástico o el vidrio. Si tienes tus manías y no quieres usar la fibra de la oficina, lleva la tuya y guárdala en un lugar donde se oree. Prohibidas las fibras de metal.
Invierte en varios: Ok, este no es un consejo de limpieza, sino de vida. Por más que te esfuerces, si llevas mole, salsa verde o cualquier guisado en un tupper, no te gustará meter allí tu fruta picada. Así que compra varios y úsalos de forma exclusiva: para frutas, para guisados, para arroz, para verduras. Lavar será más fácil así, garantizado.
Seca o deja secar: Después de lavar o enjuagar con jabón los tuppers en la oficina, sécalos con una toalla de papel o déjalos escurrir. No les pongas la tapa para llevarlos a casa porque se concentran los olores.
El trabajo fuerte en casa: Si la comida tenía mucha grasa o aceite, termina de lavar en casa o hazlo de nuevo aunque hayas lavado en la oficina. Enjuaga con agua caliente, vuelve a restregar el jabón con tus dedos y después finaliza con otra pasada de tu Scotch-Brite® Cero Rayas® para dejar el tupper sin rastro de olor.
Cambiar las herramientas: Si eres de los que ama las comidas grasosas, olorosas y no te funcionan los métodos tradicionales, prueba con otros jabones o deja reposar limón y bicarbonato unas horas. También es importante que cambies tu fibra Scotch-Brite® cada 30 días para que las bacterias no disminuyan su efectividad.
Como recomendaciones finales que te facilitarán la vida al lavar tus tuppers, podemos agregar que no guardes la comida caliente en los envases, que esperes hasta el momento de comer para preparar tus ensaladas y que de ser posible, por el tupper y por tu felicidad, sírvete en un plato y calienta la comida en el horno microondas para que no comas directamente del envase.
Si sigues estos consejos, los sagrados tuppers de tu casa se verán como nuevos por mucho tiempo y tus comidas sabrán a lo que verdaderamente esperabas. De esta forma se resuelve uno de los mayores problemas de la vida godínez.