Según los científicos cuando hay una situación desconocida que nos pone en riesgo, nuestro cerebro libera una serie de hormonas que nos hacen sentir eufóricos.
Nos gusta sentir miedo porque la emoción que experimentamos al ver, oír o leer historias de terror es algo que podemos controlar: cerrar los ojos, cerrar el libro, apagar la televisión o salir del cine. El estímulo desaparece, junto con la emoción.
El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano.
La máxima expresión del miedo es el terror. Además el miedo está relacionado con la ansiedad.
Existe miedo real cuando su dimensión está en correspondencia con la dimensión de la amenaza. Existe miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo no tiene ninguna relación con el peligro. Ambos, miedo real y miedo neurótico, fueron términos definidos por Sigmund Freud en su teoría del miedo.
En la actualidad existen dos conceptos diferentes sobre el miedo, que corresponden a las dos grandes teorías psicológicas que tenemos: el conductismo y la psicología profunda. Según el concepto conductista el miedo es algo aprendido. El modelo de la psicología profunda es completamente distinto. En este caso, el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto,