La joven activista sueca fue postulada para el galardón por un grupo de diputados socialistas noruegos por su papel en la organización de protestas contra el cambio climático a nivel mundial.
Thunberg inició el verano pasado a hacer huelga cada viernes y a protestar delante del Parlamento de Suecia para reclamar medidas más efectivas contra el cambio climático.
Tras su intervención en la cumbre del clima de la ONU en Polonia (2018) y en el foro de Davos, se convirtió en ejemplo para muchos jóvenes en diversos países, que han impulsado iniciativas similares.
La concesión del Nobel a Thunberg sería un reconocimiento a que la acción climática y el compromiso por la paz van “de la mano” y sería un espaldarazo a esos movimientos populares, argumentan los promotores de su nominación.