Encontrar un buen mezcal es difícil, pero no imposible. Mientras descubres tu favorito, disfruta el camino; aquí unos tips
Algunas personas dicen que encontrar un buen mezcal es como encontrar el amor: difícil pero no imposible. En el camino hay decepciones, pero una vez que se encuentra, jamás se suelta. Iván Saldaña, fundador de Montelobos® Mezcal, comparte un par de recomendaciones para que descubras ese mezcal que tanto has buscado sin sufrir en el intento.
El mezcal tiene un carácter fuerte debido a que proviene del agave, una planta silvestre única en su tipo porque refleja el patrimonio biológico, sensorial y cultural de México.
Un elemento principal es que el mezcal sea 100% agave, y si es orgánico y sustentable, mejor, porque significa que ha sido sembrado bajo una visión respetuosa con el medio ambiente. Resulta primordial obtener información del mezcal antes de beberlo para poner en contexto lo que se está tomando.
Una vez elegido el mezcal con el que se comenzará la travesía sensorial es importante pedir que sea acompañado con un vaso con agua para catarlo. Mientras se degusta y para entender el producto, Iván invita a hacerse preguntas como ¿por qué lo estoy probando?, ¿qué siento cuando lo pruebo? y ¿hacia dónde me transporta cada sorbo? Con esto, la experiencia de consumo se vuelve más racional y por ende, las personas se convierten en mejores consumidores.
“Si un mezcal no te gusta, entonces prueba otro, y no sólo de estados como Oaxaca. ¿Qué tal si probaras un mezcal poblano? Estoy seguro que la sorpresa sería grata porque tiene una complejidad diferente gracias al ambiente en el que ha crecido el agave”, apunta Saldaña.
El camino para descubrir ese mezcal que te acompañará en diversos momentos toma su tiempo, pero la travesía sensorial resultará memorable, porque beber mezcal es disfrutar la vida de a sorbos, experimentando cada uno de los elementos que lo componen, saboreando su intensidad y complejidad.