El agua participa en muchas funciones importantes de nuestro cuerpo, y sabemos que hidratarnos es primordial; sin embargo, pocas veces nos hemos preguntado cómo impacta la calidad del agua en nuestra salud.
Pues bien, dependiendo de su pureza, de los minerales que contenga, de su alcalinidad y de los antioxidantes contribuye a mejorar nuestra calidad de vida y nos ayuda a prevenir enfermedades.
“Somos gran parte agua. Desde el feto somos el 90 por ciento agua y más allá de los 80 años seguimos siendo 50 por ciento agua. El agua permite el funcionamiento muscular, nervioso y cardiovascular, hidrata la piel, mejora la digestión y el sistema inmunológico, además lleva oxígeno a todas las células del cuerpo”, explica Uriel Alvarado, certificado como Health Coach (Coach de Salud Integral), por el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York.
Uriel Alvarado
Por ello, afirma que es importante verificar las propiedades del agua que ingerimos, tomando como base su pureza, su riqueza en minerales, su alcalinidad y su potencial óxido reductivo e hidrógeno molecular. Hacerlo nos generará beneficios a la salud, anti-envejecimiento y rendimiento físico.
El primer aspecto consiste en verificar que el agua no esté contaminada por los petroquímicos que absorbe al ser embotellada, o bien por un tóxico como por ejemplo el arsénico. El segundo es que contenga los cuatro electrolitos más importantes que son: calcio, potasio, sodio y magnesio, que ayudan a distintas funciones de nuestro cuerpo y mantienen una buena hidratación.
“En países europeos existe una clasificación avanzada con base al contenido de minerales, si es muy bajo, medio o muy rico en minerales. En México no tenemos esta regulación y la mayoría de las embotelladoras utilizan agua muy baja en minerales, esto hace que el agua se vuelva ácida, porque no tiene las propiedades que requerimos para hidratarnos”, explica el también cofundador de la empresa BienAhora.
La tercera característica es la alcalinidad del agua, que se refiere al nivel de PH (Potencial Hidrógeno) que contiene. El nivel de PH identifica qué tan ácida o alcalina es una sustancia en una escala de 0 a 14. Debajo de 7 es acido y arriba del 7 es alcalino, la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994, de agua para uso y consumo humano, dice que el agua debe ser neutra o ligeramente alcalina, es decir tener un nivel de PH de 7 hasta 8.5.
“La alcalinidad para el cuerpo es importante porque nuestra sangre tiene un PH de 7.37 y es muy importante que se mantenga en un nivel estable, si llega a variar en de ese rango puede ser muy peligroso. El cuerpo empieza a utilizar las reservas minerales de nuestros huesos, órganos y de la piel, esto lo desgasta hasta generar enfermedades como la osteoporosis”, detalla Uri Alvarado.
A esa condición –puntualiza el experto– le agregamos que vivimos en un contexto con mucha acidez, llevamos dietas con químicos sintéticos, procesados, consumimos mucha carne o café y estamos expuestos a la radiación de los celulares, lo que provoca mucho estrés oxidativo.
“Para mantener lo más alcalino posible a nuestro cuerpo, tenemos que optar por una dieta alcalina y tomar agua alcalina, no porque vayamos a cambiar el PH de nuestro cuerpo, sino porque contribuiremos a la reserva de minerales alcalinos de nuestro organismo”, precisa.
Uri Alvarado, quien vivió más de 15 años fuera de México en países como Inglaterra, Suiza, Japón, Chipre y Dinamarca, en donde se formó profesionalmente y ocupó distintos cargos de alto nivel, detalla que el cuarto componente del agua es si tiene antioxidantes o si está oxidada.
El agua alcalina debe contener minerales alcalinos y un potencial de reducción de la oxidación negativa (ORP). ORP es la capacidad del agua para actuar como un antioxidante. Cuanto más negativo sea el valor de ORP, más antioxidante será.
“Esto es más difícil de obtener porque al estar en contacto con la atmósfera, el agua, al igual que todo lo orgánico, se empieza a oxidar. Para obtener agua con antioxidantes hay tres formas: una obtenerla directamente del manantial con antioxidantes, dos que esté embotellada en aluminio, que aún no llega a México, y tres por medio de un ionizador que nos permite crear esta agua”, refiere.
Al tiempo, aclara que el agua que se genera con estos equipos tiene que almacenarse en vidrio y mantiene los antioxidantes por dos tres días. “Afortunadamente en México y el mundo existen diferentes tendencias de consumo verificando las propiedades benéficas del agua, la primera fue el interés en conocer los tipos de minerales contenía, después alcalinidad y actualmente es el contenido de antioxidantes”.
Ante ello, reconoce que las empresas incluyen en sus botellas el contenido de minerales y de antioxidantes, aunado a que en países como Italia el Ministerio de Salud reconoce las propiedades curativas de algunos tipos de agua.
Actualmente, el auge en el consumo de agua ha propiciado que México se ubique como los primeros países en adquirir agua embotellada, e incluso un estudio de 2015 reveló que en Estados Unidos se bebe más agua que refresco en botella.
“Lo importante es que hoy los consumidores están mas informados sobre la calidad y cantidad de agua que toman, por ello hay cada vez más aguas diseñadas, con diferentes minerales, alcalinas o con antioxidantes. El agua no te va a curar, pero te ayuda a tener buenas reservas alcalinas, a prevenir enfermedades y a estar más sano”.