Para definir la alergia al gluten es necesario hacer un par de estudios clínicos.
Esta condición, aseguran médicos, se trata de una moda más que de una realidad.
De los años 2000 a la fecha, más productos libres de gluten o “gluten-free” han llegado a los mostradores, una categoría de alimentos que hace 20 años no se conocía. Pero, ¿por qué ha ocurrido esto?, ¿cuál es el riesgo de dejar de consumir el gluten?, ¿consumir alimentos libre de gluten es sólo una moda?, ¿qué tipo de personas son las que deben consumir productos libre de gluten?, ¿cómo influye en nuestra relación con la comida y el mito?
Para empezar, debemos comprender el porqué de estos productos: esta categoría de alimentos son para las personas celíacas. El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), define: “la enfermedad celíaca es un padecimiento del sistema inmunológico en la que las personas no pueden consumir gluten porque daña su intestino delgado”.
El gluten es una proteína que se encuentra presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC), también puede encontrarse en otros productos como medicinas, vitaminas, suplementos, bálsamos labiales e incluso en el pegamento de las estampillas y los sobres. Los síntomas de esta enfermedad varían según el sistema digestivo de cada persona, y pueden ir desde diarrea, dolor abdominal, depresión y hasta irritabilidad, entre los más comunes.
Sin embargo, el NIH destaca que la enfermedad celíaca es genética. Para saber si una persona es o no intolerante al gluten, es necesario realizar un análisis de sangre para medir determinados anticuerpos, como también con una biopsia intestinal. Los especialistas recomiendan tener presente que la mayoría de las personas que creen ser sensibles al gluten, probablemente no lo son, ya que sólo afecta a un bajo porcentaje de la población.
En este sentido, Alan Levonitz, autor del libro The Gluten Lie (abril, 2015) el cual explora el origen del “movimiento libre de gluten” (gluten-free movement), destaca que se debe diferenciar entre los efectos psicológicos y fisiológicos de consumir gluten.
El movimiento nació gracias a un gran número de celebridades que compartieron su experiencia de lo bien que se sintieron al haber dejado de consumir gluten, además de la aportación de doctores que escribieron libros sobre este tema. Esto generó una paranoia sobre este tipo de alimentos.
El resultado de esto es la construcción de un mito que produce un efecto nocivo sobre lo que consumimos y amenaza nuestra relación con la comida, destaca el autor.
Por esto, debemos tener presente la influencia que tienen las diferentes tendencias alimenticias en nuestra cultura culinaria. Ya sea desde Adán y Eva, donde por comer un fruto prohibido perdieron el paraíso y se convirtieron en mortales, hasta la actualidad. “La gente ve al gluten como parte de un mito moderno que nos saca del paraíso”, remarca Levonitz.
A decir por el autor, las primeras personas que empezaron a hablar de los beneficios de consumir alimentos libres de gluten fueron Joe Mercola y Jenny McCarthy a principios del 2000. Como también los libros Dangerous Gains (2002), Grain Brain (2013) y Wheat Belly (reeditado en 2014).
Esto ha producido hábitos alimenticios que pueden ser nocivos para las personas, en especial si se basan en las creencias populares y no en los hechos concretos, es decir, estudios científicos avalados por médicos.
En contraparte existen referencias científicas que destacan los beneficios de comer gluten, como el Dr. John Douillard, quien expone su visión en el libro Eat Wheat, A Scientific And Clinically-Proven Approach To Safely Bringing Wheat And Dairy Back Into Your Diet (2017).
Por esta razón, es importante construir una visión crítica sobre la información y los alimentos que consumimos. Esto significa poder asesorarse con un especialista en el tema antes de actuar sin el conocimiento concreto. En el caso de los hábitos alimenticios, es importante tener el respaldo médico, ya que según el autor de The Gluten Lie, en el pasado se han satanizado de forma equivocada diferentes alimentos que luego fueron desmentidos.
Por esto, si una persona tiene dudas o síntomas de intolerancia al gluten, debe realizarse los exámenes médicos correspondientes para confirmar o no el cuadro. Y en caso que el resultado sea negativo, pero igual se quiere dejar de consumir el gluten, se debe averiguar primero cómo repercutirá en el organismo y cómo reemplazar los nutrientes que contiene la proteína. Todo esto para no afectar nuestra relación con la cultura culinaria y poder consumirlos de una forma responsable para construir hábitos alimenticios saludables.