Cuando se habla de la convivencia conyugal, generalmente se mencionan las palabras: amor, juramento, compromiso, fidelidad, dinero, responsabilidad, etcétera, pero ¿por qué tan pocas veces se habla de la amistad?
Una de las más hermosas manifestaciones del amor es la amistad, emoción indispensable para que un matrimonio se mantenga en la disposición de cultivar y atesorar el cuidado mutuo. Es necesario el sentimiento de compañerismo para que maduren los otros valores igualmente importantes como el compromiso, la pasión, el cariño, la ternura, la confianza y el interés sincero por el bienestar familiar.
Son frecuentes las parejas que se han olvidado de ser amigos, a pesar de tener muchos años viviendo juntos; no recuerdan que el matrimonio también requiere solidaridad y momentos de mucha comunicación.
El marido y la esposa deben alimentar su relación de amistad a través de los detalles diarios, para evitar que la rutina tenga consecuencias en su relación, es decir, se recomienda que los cónyuges hagan pequeñas cosas que demuestren afecto, bondad y sobre todo vivir a diario “El espíritu de amistad” que seguramente formó parte importante al inicio de la relación.