¿Qué pasa si el profesor de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) no está preparado ni tiene las herramientas tecnológicas necesarias para impartir una clase?
Hago otra pregunta: ¿Usted tomaría clases de inglés con un maestro que no conoce el idioma, pero le dará la clase con ayuda de una plataforma? ¿Pagaría por esa clase?, ¿inscribiría a su hijo en una escuela pública con ese método de enseñanza?
Parece una pregunta absurda, pero no. Durante las audiencias públicas que abrió la Cámara de Diputados para dar marcha atrás la Reforma Educativa y procesar la nueva propuesta que envió López Obrador, el secretario de Educación Esteban Moctezuma explicó que se buscará aplicar un sistema de enseñanza del idioma inglés, en donde el maestro no necesariamente lo domine.
Se los pongo textual:
“Obviamente les vamos a enseñar inglés a todos los normalistas que quieran, pero no tenemos tiempo de esperar a que los normalistas aprendan para que después enseñen.
“Estamos desarrollando una investigación muy profunda sobre la enseñanza del inglés a través de plataformas en donde el maestro dirige la enseñanza y el niño aprende inglés sin que el maestro necesariamente sepa hablarlo, porque lo que tienen que hacer es que el niño siga la plataforma y es algo que en cuanto lo tengamos ya resuelto con todo gusto se los presentaremos”, dijo.
¿En serio? ¡No, no!, eso es perder la batalla antes de darla. Me refiero a la batalla por la preparación de los docentes.
Uno de los temas centrales para lograr la transformación educativa de nuestro país es el relativo a la formación de los profesores frente a grupo en la educación básica. Es en ese nivel en el que se construyen las bases para el desarrollo cognitivo e intelectual de las niñas y los niños; ahí es donde se siembran los fundamentos para la investigación científica y la reflexión sobre la complejidad; y es en ese nivel en el que de mejor manera puede fomentarse la curiosidad científica, a la par de la formación metodológica de las niñas y los niños.
De por sí ya existe una brecha generacional entre docentes y alumnos que habría que cerrar, porque los niños de ahora están más vinculados con la tecnología y los profesores se enfrentan a una generación de alumnos que cuestionan, que indagan, que encuentran todo en internet, que aprenden de otra manera.
El estudio “Los Docentes en México, Informe 2015”, del INEE (organismo que también desaparecerá con la reforma) indica que del millón 34 mil 632 maestras y maestros en el nivel básico de la educación, 524 mil 206 es decir el 50.66% de los profesores son menores de 40 años; 436 mil 162 (42.15%) tienen entre 40 y 54 años de edad y 74 mil 264 docentes tenían 55 años o más.
Es decir, los que nacieron entre el 70 y 75 conocieron las computadoras personales sólo hasta alrededor de los 20 años de edad, o más.
Quienes nacieron 1965, tenían tres años cuando el hombre llegó a la luna; y quienes nacieron en 1955, tenían apenas 10 años cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial. Estos tres pasajes, son literal, historia para las nuevas generaciones, incluso nuestros niños no conocieron la hegemonía priista, nacieron ya en la era de la alternancia.
Por eso hay que invertir, el maestro del presente y del futuro debe saber inglés, computación y de las nuevas tecnologías pare recuperar la autoridad en el aula, hay que prepararlos y pagarles bien, de lo contrario será mejor dejar al hijo frente al iPad, ¿no lo cree?