El 12 de marzo fue elegido por la ONU para conmemorar el Día Mundial del Glaucoma, con la intención de concientizar a la población de la necesidad de tomar medidas para prevenir esta grave enfermedad visual que no da síntomas hasta que ya se ha manifestado e iniciado el proceso de pérdida de visión. La visión perdida no se puede revertir pero sí detener el proceso si se detecta y trata a tiempo. De ahí la importancia de una detección temprana.
Según datos de la OMS el glaucoma es la segunda causa más común de ceguera afectando en la actualidad a 4.5 millones de personas en el mundo y con previsión de alcanzar los 11 millones en 2020.
Los principales factores que predisponen a padecerlo son:
Presión intraocular elevada.
Antecedentes familiares de glaucoma.
Edad: es más frecuente en personas de edad avanzada.
Miopía.
Diabetes.
Tratamientos prolongados con corticoides.
Enfermedades cardiovasculares.
Traumatismos o intervenciones quirúrgicas oculares.
Tratamientos
Existen diversas alternativas para abordar esta afección. La mayoría de los casos se controlan mediante el uso de medicamentos bajo la forma de gotas que se colocan en el ojo. Algunos pacientes requieren un tratamiento con láser y otros requieren cirugía.
La mejor forma de diagnosticarlo a tiempo es consultar al oftalmólogo, quien puede detectar cambios tempranos en la visión periférica, en el nervio óptico y en la presión intraocular.