Por Leticia Robles de la Rosa
Sólo pasaron 204 días desde que el presidente Enrique Peña Nieto le reveló a Pascal Beltrán del Río, director editorial de Excélsior, que en el México de hoy “el que se mueve sí sale en la foto”, y el primero que levantó la mano para demostrarlo fue justamente el hombre responsable de la política interna, por ende, responsable de vigilar el apego a las leyes por parte de los actores políticos, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
La frase acuñada por el nonagenario líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Fidel Velázquez, muerto hace 19 años, famosa durante décadas, “el que se mueve no sale en la foto”, terminó así su vigencia entre la clase política priista que regresó al poder presidencial hace cuatro años, con perfiles que se sacudieron la polilla de la vieja política del tricolor.
El 7 de marzo de este año, en una entrevista con Pascal Beltrán del Río, el Presidente de la República reveló que para él no es molesto que sus posibles sucesores comiencen a moverse en busca de la simpatía de los círculos políticos y, luego, del voto ciudadano desde temprana hora electoral.
Y 204 días después, el 27 de septiembre, Miguel Ángel Osorio Chong se convirtió en el conejillo de indias para demostrar que en el México del Siglo XXI, el que se mueve sí sale en la foto.
El activismo de Osorio Chong se ha sentido desde hace varias semanas, desde antes del 27 de septiembre del 2016 el día en que su nombre se inscribiera en la historia de la clase política nacional como el primer militante priista y el primer Secretario de Gobernación que salió del sótano de la grilla política para colocarse en el primer plano de la sucesión presidencial, 12 días antes del arranque del año electoral presidencial.
En los círculos políticos se sabía que desde hace varias semanas la rivalidad pre electoral con Luis Videgaray era cada vez más evidente y no sólo porque Videgaray se fuera a lanzar como candidato presidencial, sino porque trae baraja de los suyos para lanzarse por la candidatura, como Enrique Ochoa, líder nacional del PRI y Aurelio Nuño, titular de la Secretaría de Educación Pública.
Pasaron 20 días desde que Luis Videgaray debió salir del gabinete presidencial, como consecuencia de su genial idea de invitar a Donald Trump a dialogar con el presidente Enrique Peña Nieto y darle un trato de Jefe de Estado, y con la cual destrozó la diplomacia mexicana y puso de rodillas a todo un pueblo.
Ya en las últimas semanas se registraba una fuerte tensión entre los dos secretarios de Estado más poderosos. Incluso en la plenaria de los senadores del PRI, realizada la última semana de agosto en el Estado de México, fue posible observar a un Osorio Chong dispuesto a ganarse las primeras planas de todos los periódicos, lo cual logró, al anunciar que el diálogo con la CNTE no volvería a ser secreto.
Mientras Osorio Chong hablaba con los senadores del PRI, desde las oficinas de la Secretaría de Hacienda salían llamadas para contactar lo mismo a reporteros que a legisladores y asesores, para tener el pulso de cómo recibían los senadores a Osorio Chong, si cerraban filas con él con miras a la sucesión.
Al otro día, mientras la gran mayoría de los diarios tenían en sus notas principales a Osorio Chong, Luis Videgaray hacía algo inédito: adelantar el 90% de las líneas generales del paquete económico 2017, lo que le valió una nutrida difusión en medios electrónicos, aunque al otro día la noticia que él mismo provocó le ganó las noticias principales de los diarios: la visita de Donald Trump.
Luis Videgaray no se ha ido del todo del primer círculo del poder presidencial. Sus lazos e influencia sobre el presidente Enrique Peña Nieto son muy fuertes, pero por el momento no puede continuar el activismo electoral interno que ya tenía, para él y los suyos, y seguramente que Osorio Chong valoró que es mejor madrugar para llegar temprano, que esperar a que salga el sol para empezar a caminar.
Pero lo que olvidaron los priistas, que antes eran los únicos que decidían sobre quién era o no candidato presidencial y que acuñaron la frase “el que se mueve no sale en la foto”, es que ahora no están solos y ya la necia realidad se ha encargado de decirle al presidente Enrique Peña que no será tan fácil que los priistas se muevan para salir en la foto.
Osorio Chong y sus spots ya están en análisis del Instituto Nacional Electoral (INE), por petición de los partidos opositores y veremos si son ellos los que le recuerdan a Osorio Chong que el que se mueve no sale en la foto.