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El PRI y el arte de hacer fuerte al adversario

Por Leticia Robles de la Rosa*

Durante mucho tiempo pensé que el año 2004 había dejado una gran lección en la clase política mexicana, pero el miércoles 17 de agosto de este 2016 me di cuenta de que no.

Nada han aprendido de la errónea estrategia panista del 2004 de atacar a Andrés Manuel López Obrador hasta convertirlo en mártir y en un innegable político cobijado por millones de mexicanos, que lo ven como el héroe socavado; el héroe fallido; el enemigo de la mafia del poder.

El pasado 17 de agosto del 2016, después de 13 días de silencio, al PRI se le ocurrió salir en defensa de Enrique Peña Nieto y atacar a Margarita Zavala y a su señor, Felipe Calderón Hinojosa. Lo hizo así, sin motivo alguno, descontextualizado. ¿Y qué consiguió? Lo lógico, un cobijo mediático y ahora de redes sociales hacia la esposa de un Presidente de la República que llegó al poder, se mantuvo en él y se fue, en medio de repudio social fomentado por la izquierda radical.

Ahí veo al PRI, sin aprender de la lección del PAN, camino a convertir a Margarita en la mártir de la carrera presidencial y lograr, de esta forma, que se pasen por alto su carencia de experiencia de gobierno, su falta de apoyo real en el PAN y su pertenencia a un proyecto político que, por primera vez desde las trincheras el otrora impoluto PAN, intenta la reelección en la Presidencia de las República.

“Me atacan porque me tienen miedo”, dijo ella, sin hacer mención alguna a las acusaciones vertidas por un César Camacho Quiroz, coordinador de los diputados federales del PRI, escoltado por dos de los vicecoordinadores, Enrique Jackson y Jorge Carlos Ramírez Marín. Acusaciones que la gran mayoría de los mexicanos sabemos que son verdad, porque hasta el momento absolutamente nadie de nuestra clase política es impoluto, nadie.

Y los opinadores y columnistas filopanistas optaron por dos caminos. De plano ignorar un hecho en sí mismo noticioso, dado que el PRI presume ser un partido que no le gusta atacar mediáticamente al adversario, aunque sí lo haga por debajo de la mesa; o repetir el mensaje de Margarita de que el PRI la ataca porque ella está en el primer lugar de las encuestas rumbo al cambio presidencial.

Margarita Zavala logró publicidad gratis y un pasito adelante en las simpatías de quienes la apoyan y de quienes podrían comenzar a apoyarla. Hasta voces perredistas salieron a defenderla.

Sin duda fue punto para ella y un tache evidente para tres políticos que, en teoría, deberían ser muy listos para esto de las estrategias políticas.

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Y más aún. Desde la semana pasada vemos a un PRI que se convirtió en el defensor a ultranza y acrítico del gobierno de Enrique Peña Nieto. “Se le acabó el recreo a la oposición”, dijo la semana pasada el líder nacional del priista, Enrique Ochoa Reza y este fin de semana, Carolina Monroy, secretaria general del PRI, a decir que “a partir de hoy, no permitiremos un solo agravio más al Presidente de la República, cada ofensa recibida tendrá respuesta”.

¿En verdad eso es una estrategia política? Margarita Zavala salió el 4 de agosto, sí el 4 de agosto, a decir que Enrique Peña Nieto le falló a México en materia de combate a la corrupción y carece de calidad moral. Fue hasta 13 días después que salió el PRI a defenderlo.

Desde el primer día del gobierno de Peña, los panistas se han solazado en críticas a su gobierno. Como tenían interés en las reformas, los priistas aguantaron hasta niveles de humillación la cara dura de los panistas que, a pesar de sus malos gobiernos, criticaron al naciente gobierno priista. Y es hasta cuatro años después, ya que tanto panistas, como perredistas y Morena se han encargado de dejar en claro que el gobierno de Peña Nieto es corrupto, es mentiroso, es ineficaz, es represor y es frívolo, que los priistas salen a decir que se acabó el recreo de la oposición.

¿Qué veo desde las gradas? A un PRI totalmente errático, inmaduro, torpe, que confunde el ataque a una opción política con un ataque personal a una mujer que hace lo posible por colocar en el imaginario colectivo que es la enemiga a vencer.

Veo a Margarita Zavala ávida de lograr fama, a costa de lo que sea, incluida la amnesia de lo ocurrido durante el gobierno del cual ella formó parte, para posicionarse en las preferencias de los panistas, que son su primer objetivo, y vencer las simpatías por Ricardo Anaya y las presiones de Rafael Moreno Valle para ser el beneficiario de los votos panistas.

En este primer jaloneo mediático entre ambas partes, los priistas erraron. Agarraron la charola de plata y colocaron en ella unos puntos de simpatía para entregarlos a Margarita, una mujer que, sin duda, es inteligente y que seguramente aprovechará la oportunidad.

“Ahí está el pan”, dicen en la jerga del deporte cuando se detecta la zona débil del equipo contrincante. Bueno, Margarita ya vio el punto débil del PRI, cortesía de César Camacho, y seguramente escarbará por ahí.
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* Leticia Robles de la Rosa: Es periodista y experta en los temas de Educación, Política , Elecciones y Congreso de la Unión. Actualmente cubre la información en el Senado de la República y es una reportera de Primera Plana.

 

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