Un estudio reveló que las personas que realizan actividad física intensa tienen células menos viejas
¿A quién no le gustaría vivir para siempre y lucir bien? Aunque éste es un ideal que aún está lejos de las capacidades de la humanidad, recientemente surgió un estudio científico que abrió una posibilidad a la inmortalidad.
Se trata de un artículo publicado por un equipo de la Universidad Brigham Young en la revista Preventative Medicine, en el que explican el descubrimiento de una extraña forma de frenar el envejecimiento.
Coloquialmente, la edad se puede definir como “las vueltas que se han dado al sol”; sin embargo, las células no indican su edad de la misma forma. Por ejemplo, si tienes 30 años y un estilo de vida poco saludable, entonces has dado 30 vueltas al sol, pero tus células seguramente tienen el desgaste mucho mayor.
No debería sorprender que el estudio haya concluido que el ejercicio retrasa el envejecimiento de las células. De hecho, los adultos que realizan actividad física de alta intensidad, entre 30 o 40 minutos de atletismo por cinco días a la semana, por ejemplo, parecen mantener a sus células nueva años más jóvenes de lo que tienen en realidad.
Todo está relacionado a los telómeros de las células, una región del ADN que se encuentra en los extremos de los cromosomas. Cada vez que una célula se replica, los telómeros se hacen más cortos. Y mientras más se encogen, más envejecemos.
En el estudio se analizaron los datos de 5 mil 823 adultos que participaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Entre otras cosas, se registró la longitud de los telómeros de los participantes.
El equipo encontró que aquellos con los telómeros más cortos –y por lo tanto, con los mayores signos de envejecimiento celular– provenían de los que tenían un estilo de vida sedentario. A diferencia de aquellos con actividad física intensa, que tenían los telómeros más largos y jóvenes.
Sólo los niveles severos de ejercicio parecen hacer una diferencia en este sentido. Así que si crees que puedes envejecer nueve años más lento por tener un rápido paseo o una breve rodada en bicicleta, olvídalo. Los investigadores también encontraron diferencias significativas en la longitud de los telómeros entre aquellos adultos con niveles de actividad de baja a moderada intensidad.
Aunque el mecanismo juvenil de la preservación de telómeros es desconocido, es probable porque el ejercicio suprime la inflamación y los desequilibrios químicos dañinos, que pueden dañar los pequeños telómeros. Así que si quieres vivir un poco más, vas a tener que sudar por ello.