La realidad es que no hay prisa, ¡al contrario! Este momento es suyo, así que hay que poner manos a la obra para alimentar su relación día con día.
El futuro se va construyendo a cada segundo, y aunque todo dependerá de las decisiones que tomen, en esta ocasión Zankyou Weddings recomienda algunas experiencias que debes tener con tu esposo antes de que lleguen los hijos.
¡Viajen lo más que puedan!
Antes de que inicien los planes de que lleguen los niños a la casa, ¡viajen muchísimo! No se detengan y tampoco encuentren límites en sus aventuras. ¿Cuál es el destino que mueren por conocer?, ¿a dónde han querido irse de vacaciones?, ¿cuáles son los rincones del mundo que quieres conocer a su lado? Todas las preguntas son esenciales para que se olviden de todo, empaquen las maletas y se aventuren a volar y conquistar el mundo.
¡Coman en sus lugares favoritos!
No queremos aseverar que una vez que lleguen los hijos tendrás que olvidarte de todo esto; lo que sí podemos asegurar es que ahora es cuando tienes la oportunidad de comer como te gusta, de conocer tus restaurantes favoritos, de no fijarte en la cuenta, de disfrutar un buen vino y dejarte llevar por los sabores más extraordinarios. En serio, no hay nada tan perfecto como comer ¡y hacerlo bien!
Lean juntos.
En vez de irse a un club de lectura, ¡armen el suyo! Armen una salida a su librería favorita y elijan ese libro que ambos quieran leer. Hagan pequeñas reuniones para discutirlo y escuchar las opiniones del otro; eso sí, con una buena copa de vino ¡por favor!
¡Tómense muchas fotos!
Créenos, luego tu celular estará plagado de fotos con tus hijos, pero mientras llegan aprovechen cada segundo para capturar lo mejor de su historia de amor. No es necesario que compartas absolutamente todo en redes sociales, sino que tengas ese deseo de tomar tu celular y admirar por horas esas fotos que definen todo lo que te mueve día tras día.
Duerman mucho.
Subestimamos el poder que tiene el sueño, pero cuando lleguen los hijos te olvidarás de la sensación de haber dormido 8 horas diarias (por lo menos). Así que, disfruten de los fines de semana y días de descanso para cubrirse con las cobijas, olvidarse del mundo y dormir todo lo que pueda
¡Váyanse de fiesta!
Sí, ya sea con sus amigos o ustedes solos, aprovechen las noches de viernes y los fines de semana para conocer bares y lugares espectaculares. Déjense llevar por la magia de cómo pasan las horas y por esa bonita sensación de no tener ningún tipo de obligaciones en su casa. Vivan su vida como si fueran novios, ¡no hay nada mejor!
Tomen cursos juntos.
De cocina, de algún idioma… ¡De lo que sea! El objetivo es que destinen un poco de tiempo para aprender cosas nuevas, para crecer y buscar ser la mejor versión de ustedes mismos.
Regálense detallitos.
Ahora que pueden disponer libremente de su dinero, aprovechen la oportunidad para sorprenderse con detalles increíbles. Piensa en algo que tu chico amaría recibir, alguna experiencia que muere por tener o ese regalo que lo volvería loco ¡y consiéntelo!
Vayan al cine a la hora que quieran.
Sábado en la mañana, a la medianoche, entre semana… ¡Ustedes deciden! El propósito es que salgan, se diviertan y rompan por completo con la rutina. No importa el género o la duración de la película, sino el simple hecho de que la vivan y disfruten al máximo
¡Múdense!
La libertad que tienen es extraordinaria, así que ahora más que nunca tienen que aprovechar las primeras fases de su matrimonio para elegir una ciudad diferente en la que quieran vivir (al menos por un tiempo). Una vez que hayan elegido la indicada, piensen en todo lo que podrían hacer ahí: clases, cursos, fotos, tours… ¡Las posibilidades son infinitas!