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Cinco errores en la crianza de tus hijos, en esta cuarentena

Los niños carecen de hábitos y los padres se vuelven pesimistas

Los efectos colaterales de la pandemia han impactado en muchas familias ocasionado la desestructura, que se pierda la brújula. Los hijos carecen de hábitos y la disciplina puede ser inexistente.

En algunos casos los padres están muy ensimismados por la situación laboral o financiera del hogar, y por esta preocupación, ya no se conectan afectivamente con sus hijos.

“Se olvidaron de ver que la vida sigue presentando aspectos positivos; y en cambio prometen cosas que no están en su mano cumplir: como que todo volverá a ser come antes, cuando aún hay una certeza”, explica Susana Salazar Gómora, coordinadora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).

Lo bueno –señala– es que posible revertir estos escenarios. Eso sí, se requiere de voluntad y honestidad por parte de las familias. El reto es volver a conectarse afectivamente con sus hijos y con la vida.

“Volver a los límites; que los niños tengan claro que existen los hábitos y la disciplina. También es momento de reconocer las pérdidas para poder salir de las situaciones de duelo y conectarse emocionalmente no sólo con los hijos, con la pareja y el mundo en sí mismo”, sostuvo la especialista.

Según información obtenida de la clínica de servicios psicológicos a niños y familias, las especialistas de CEEPI detectaron los siguientes errores en la crianza durante la pandemia:

1. Falta de Estructura. Muchos niños ahora no tienen hábitos, los perdieron con la pandemia. Aunque están ya en clases, se duermen y se levantan sin horarios fijos. Comen en demasía y la disciplina pasó a mejor vida; por ejemplo, carecen de horarios para ver televisión, videojuegos o llamar a los amigos por video chat.

2. Volver invisibles a los niños. Aunque los papás estén en casa con sus hijos, por los problemas derivados de la crisis, están inmersos en ello y prácticamente están desconectados emocionalmente y afectivamente con sus hijos: nos lo ven ni los oyen.

3. No resaltan lo positivo de la vida. Son padres abrumadoramente pesimistas, que con certeza padecen problemas laborales, económicos e incluso de salud. Son incapaces de trasmitir situaciones a positivas a sus hijos y estos últimos se sienten desesperados: miran el mundo a través de los ojos de mamá y papá.

4. Hacen promesas sobre algo que no se tienen claro o que no está en sus manos resolver. Decirles que esto pasará pronto, que se volverá a tener un nivel de vida como el de antes, que pronto regresarán al colegio que ahora sus padres no puede pagar, cuando eso a ciencia cierta no se sabe. Esto crea falsas expectativas y a corto plazo frustraciones en los niños.

5. Querer ser un padre perfecto. Es lo opuesto al punto anterior: quieren quedar bien con todos sobre todo con sus hijos. No se permiten enojarse, ni entristecerse. Al final son como una olla a punto de explotar.

ethnic couple bending above small baby in stroller
Photo by William Fortunato on Pexels.com

Estrategias propuestas para revertir los errores:

1. Tener límites y reglas claras. Regresar cuando antes a los hábitos y la disciplina en casa. Es necesario tener horarios fijos para dormir y despertar, estudiar, relajarse, comer y practicar algún deporte. Todo regulado como en la antigua normalidad.

2. Debe haber conexión emocional entre padres e hijos. Esto se logra observando y escuchando a los hijos, siendo honestos con ellos. Hablando de los temores, del futuro, de la situación emocional y económica de las familias. Es necesario ser constantes en ese punto.

3. Indispensable elaborar los duelos por las pérdidas, no negarlo. Negar que se perdió el poder adquisitivo, el empleo, o incluso si hubo una pérdida de un ser querido, solamente hace que las familias se “atasquen emocionalmente” Es necesario vivir las pérdidas y compartirlas  en familia. Se vale enojarse, incluso llorar por ello para después hacerle frente a la nueva realidad y poder encontrar nuevas soluciones, porque seguro existen.

4. Vivir un día a la vez. Nadie sabe cuándo terminará la pandemia ni todas las crisis que padece el mundo. Muchas cosas no dependen de las familias. Por eso es indispensable vivir por hoy: Por hoy hay salud, amor, o trabajo. Y claro, planificar todo aquello que tengamos control que seguro es mucho.

5. Integrarnos como personas que tienen cualidades y defectos. Confiar en los vínculos con los niños. Confiar en los vínculos que hemos construido durante años.

Para todos los padres de familia que no puede resolver estos problemas, CEEPI dispone de una ciclos de Webinar coordinados por especialistas de la salud mental infantil con temas como el expuesto y otros relacionados con el momento actual.

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