La pandemia por Coronavirus ha venido a probar nuestra capacidad de adaptación en todos los sentidos. Ahora nuestro hogar es también oficina, sala de juntas, centro de entretenimiento y hasta escuela.
Desde el inicio de la pandemia todo cambió, niñas y niños tuvieron que dejar sus salones de clase para aprender mediante una pantalla, y sus familias han tenido que arroparlos junto con maestras y maestros a distancia en el aprendizaje. A más de un año sin aulas, estamos cerca de una “nueva normalidad en las escuelas”, una normalidad que será híbrida, es decir, que una parte de los estudiantes tendrá actividades de manera presencial y otra continuará a distancia. Los estudiantes volverán a ver a sus docentes, podrán aprender junto con ellos, recuperar aprendizajes perdidos y, principalmente, convivir con sana distancia hasta que el virus por Covid-19 sea erradicado.
Quizás a quienes más les emociona este tipo de actividades esa a niños y niñas que han estado más de un año sin convivir con sus compañeros y docentes dentro de un aula de clases. En esta nueva normalidad y buscando siempre el bienestar de sus estudiantes, algunas escuelas de educación básica han implementado el aula híbrida inmersiva UNOi upgradED.
¿Qué son las aulas híbridas?
Son modelos de aprendizaje que combinan la pedagogía y tecnología para resolver los grandes desafíos de la educación actual. Funciona mediante una tecnología 4K, que permite al maestro articular los contenidos en el espacio presencial y virtual, y seguir el trabajo de quienes están en el aula y quienes permanecen en casa. Con esta tecnología, los estudiantes que están en casa pueden interactuar de manera directa con su maestra o maestro y sus compañeros.
El reto de la educación a distancia
Una de las inquietudes de los padres ante este tipo de clases es el aprendizaje que tendrán los alumnos al estar en casa, pero esta nueva manera de estudiar tiene una estrategia pedagógica detrás. Ernesto Núñez, director de contenidos de UNOi, comenta que tienen especial énfasis en dotar al docente con contenidos educativos de primer nivel y estrategias pedagógicas claras para activar la curiosidad de los estudiantes y exponerlos a información de calidad que les permita construir su propio conocimiento desde múltiples perspectivas dentro y fuera del aula.
Estamos en el siglo XXI y, sin duda, la educación tiene que adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales que estamos viviendo.