Soy fiel seguidora del trabajo del dramaturgo veracruzano Alejandro Ricaño (Xalapa 1983).
Para mí, la más prolífica, generosa, introspectiva, contundente y analítica pluma que habita -para fortuna nuestra- los escenarios del país. Algo tiene de magia Ricaño que es capaz de hacer hablar en escena a más de un personaje con una misma voz mútiple en discurso.
Dicho ejercicio literario es frecuente en sus creaciones, como en El amor de las luciérnagas, el dramaturgo tiene la particularidad de indagar en el inconsciente de sus personajes, es decir que no sólo los crea sino que le sienta poco mostrar un fragmento de vida y lo que hace es mostrar las infinitas contrariedades que habitan una vida.
Ricaño escribe desde las entrañas, trae a proscenio el pasado, el andamiaje que teje la red del pensamiento. El amor de las luciérnagas es una belleza, un suspiro que lo mismo nos abraza al decir adiós que abre la mirada a lo posible, al siguiente paso luego del corte.
El autor escribe esta obra desde la pérdida y el desconsuelo, mas no con un mensaje de pérdida absoluta en tono trágico como hiciera en Fractales y Cada vez nos despedimos mejor sino con voz de aliento, de vuelta a la página. Pareciera que en esta obra luego de tantas muertes -propias y atestiguadas- a Ricaño le ganan las ganas de vivir y eso se aplaude y se aplaude con aforo en teatro grande.
Cada espacio teatral tiene una curaduría que lo define y para quienes gustamos del arte vivo esto resulta una guía conveniente que pudiera asegurarnos que la puesta es buena, pues Ricaño se ha dado el lujo de montar El amor de las luciérnagas en un teatro en el cuál jamás se pensaría pudiera presentarse nada más que distracciones.
Así pues el Julio Prieto, antes teatro Xola, sorprende al anunciar en sus marquesinas una obra del xalapeño. Un acierto, sin duda, puesto que si la tarea fundamental del arte es conmover y cuestionar Ricaño se coloca justo donde no hay preguntas y desde ahí sacude. El amor de las luciérnagas habla de la amistad, la lealtad, el amor, la aventura, el arraigo y la piel que eriza al roce. Enhorabuena estimado creador.
Dramaturgia y dirección, Alejandro Ricaño; María 1, Sonia Franco; María 2, Ana Xabala y Ximena Sastrias; María 3, Sofía Sylwin y Assira Abbate; Lola, Sara Pinet; Ramón, Hamlet Ramírez; Rómulo, Luis Eduardo Yee y Pablo Marín; Sacerdote, Tendero, papá y chofer, Ricardo Rodríguez. Iluminación Matías Gorlero; Escenografía, Ricardo Ricaño; Vestuario, Mario Marín del Río; Producción ejecutiva, Sebastián Saánchez Amunátegui y Raúl Morquecho; Asistente de dirección, Isaías Martínez; Idea original de imagen, Paco Argumosa; Diseño Gráfico, Gustavo Hernández. Productores, Claudio Sodi, Abe Rosenberg y Joseph Hemsani; Productores asociados, Enrique Patiño Magnani y Juan Antonio Aguilar Cervantes; Productor ejecutivo, Lucía Romo; Prensa y relaciones públicas, Icunacury Acosta.
Teatro Julio Prieto Viernes 20:30, Sábado 18 y 20:30 horas; domingos 18 horas. continúa todo agosto de 2016. #ElAmorDeLasLuciérnagas #yovoyalteatro #elteatrolohacemos todos @IcunacuryRP