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a low angle shot of a woman in knitted sweater seeking for help

A la víctima siempre se le cree

La escalada de violencia de género en el país y diversos movimientos en todo el mundo, como el #Metoo (yo también) y los tendederos digitales, han puesto los reflectores en mujeres que han sido violentadas de alguna manera, resultando sus casos muchas veces en cuestionamientos y debates sociales relacionados con la veracidad de los hechos, revictimizando a estas mujeres.

La revictimización aleja a las mujeres de denunciar los abusos y de obtener justicia, además de que las lleva a recibir perjuicio social de todo tipo que complica la recuperación de las mujeres que han pasado por estas experiencias.

Este es el caso de las víctimas de violencia psicológica, emocional, así como de abuso sexual o violación. En el primer caso, de acuerdo con la recopilación de información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de los Centros de Justicia para las Mujeres, el tipo de violencia con mayor registro fue la emocional, sobre la que en junio de 2021 reportó 100 mil 532 casos (34.1% de las denuncias). Las víctimas de este tipo de violencia suelen ser especialmente señaladas y revictimizadas al ser estos abusos más difíciles de comprobar que otros tipos de violencias. 

En el segundo caso (abuso sexual o violación), también se registra revictimización, en cuyos casos muchas veces se escucha decir o se leen opiniones en redes sociales del tipo: “¿Y qué hacía sola a esa hora? ¿Por qué se vistió así? e incluso, “debería agradecer que alguien le haga caso”, entre otros comentarios; lo que genera culpa a la mujer, cuando en realidad las agresiones nunca son culpa de la víctima, y el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, independientemente de la vestimenta o ubicación.

Lo anterior tiene consecuencias negativas para la impartición de justicia. De acuerdo con un reporte de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) casi 5 millones de mujeres fueron víctimas de delitos sexuales y/o acoso callejero durante el segundo semestre de 2020, y según el mismo informe, el 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años, de julio a diciembre de 2020, no fueron denunciados.

La organización México Evalúa menciona que las estadísticas de violencia crecieron de manera exponencial durante ese año debido principalmente a la pandemia, y el encierro generalizado en casa, que expuso a las mujeres a mayor convivencia con sus cónyuges. De acuerdo con el Índice de Paz México, la tasa de violencia familiar, que incluye abuso psicológico, sexual, físico y económico, alcanzó 547 casos por cada 100 mil habitantes en 2020, mientras que en 2015 se reportaron 334.

Por otro lado, existen ciertos argumentos que socialmente han sido utilizados para cuestionar la veracidad de casos de abuso sexual o violaciones de hombres a mujeres, pero que son falsos, por ejemplo:

El que la víctima se comporte fría: Es decir, que se le acuse a la mujer en cuestión de verse demasiado tranquila, indiferente, incluso distante ante la situación, esto debido al prejuicio de que todas deben reaccionar con llanto, enojo o frustración. La realidad es que una persona víctima de violencia puede comportarse y reaccionar de formas variadas, y su reacción dependerá de cada caso y de la manera personal de tratar de recuperar el control sobre sí misma.

“¿Por qué se tardó tanto en denunciar?”: Socialmente, puede llegar a señalarse que ha pasado mucho tiempo desde el abuso, junto al cuestionamiento hacia la mujer de “por qué ahora”, y las repercusiones que eso tiene. Sin embargo, contrario a la creencia popular, los abusos y la violencia no son tan comunes en la calle, con desconocidos en un callejón oscuro, sino en casa, con gente de confianza, por lo que a muchas mujeres puede tomarles incluso años el reconocer o darse cuenta de que han sido abusadas.

Memoria borrosa: Tras un evento traumático la mente es capaz de bloquear recuerdos y momentos dolorosos, sobre todo cuando se es menor, por lo que es posible experimentar una especie de mecanismo de defensa que ayude a la propia víctima a sobrellevar el suceso, sin embargo, una foto, un comentario o incluso una canción o un olor pueden traer de regreso las imágenes dolorosas, que es cuando por lo general suele pedirse ayuda o se denuncian casos de abuso, lo cual muchas veces suele malinterpretarse. 

woman in the dark asking for help
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“¿Qué debo hacer si una amiga o familiar me cuenta un abuso?”

-Escuchar atentamente los hechos, sin juzgar.

-Creerle a la víctima.

-Asegurarle a la víctima en todo momento que no fue su culpa y que lo que le sucedió es una injusticia.

-Acudir al Ministerio Público a levantar una denuncia. Se recomienda acudir tras el abuso para que puedan recogerse todas la evidencias.

-Acudir a que la víctima reciba atención médica y psicológica.

-Brindar apoyo continuo.

“¿A dónde acudir en caso de abuso?”

– Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales en CDMX

Ubicado en calle Enrique Pestalozzi No. 1115, colonia del Valle, alcaldía Benito Juárez, C.P. 03100. Teléfonos: (55) 5200 9632 y (55) 5200 9633.

-Centros de Justicia para las Mujeres en CDMX

-Ubicado en Av. San Pablo Xalpa 396, col. San Martín Xochinahuac, alcaldía Azcapotzalco, tel.: (55) 5346 8394

-En Iztapalapa, en avenida 20 de Noviembre 29, Manzana 227, colonia Ixtlahuacán.

tel.: (55) 53455737

-En Tlalpan, en avenida Manuel Constanso 43, manzana 63, lote 10, colonia Miguel Hidalgo, tel.: (55) 5200 9280.

-Programa Psicoterapéutico, vía telefónica – Línea Mujeres (Atención las 24 horas, los 365 días del año)

Tel: (55) 5658 1111

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