No importa en dónde ni en qué lugar nos encontremos, actualmente seguimos observando actitudes y acciones que nos hacen preguntarnos si realmente estamos fomentando un ambiente de respeto e igualdad con respecto al sexo opuesto.
Este Día Internacional de la Mujer, muchas y muchos lo conmemoraremos; sin embargo, ese espíritu podría propagarse mejor si mujeres y hombres tratáramos de hacer algunos cambios en la vida cotidiana.
A veces ¿no te parece que siguen existiendo aspectos y acciones en las que se sigue privilegiando la imagen de los hombres? Y no, no es un tema de sexismo, sino que creemos que en pleno Siglo XXI aún falta camino por recorrer para alcanzar la igualdad.
Las expertas del sitio AdoptaUnChico consideran que algunas de esas acciones se siguen encontrando en diferentes aspectos de la vida cotidiana, como en la tele, en la calle, en la escuela o el trabajo e, incluso, hasta en nuestra misma casa. A continuación, enlistamos algunas situaciones que proponen cambiar para logar finalmente la equidad.
En la televisión.
No importa si es televisión abierta o de paga, la oferta de comerciales son un claro ejemplo en el que podemos observar que el patriarcado persiste. Los anuncios de marcas de desodorante o de autos, son una muestra de que seguimos repitiendo patrones, en el que se nos expone claramente como objetos o seres inferiores ¿a poco no?, cuando actualmente se ha comprobado que en algunos casos el sexo es lo de menos si de hacer algo se trata.
En la escuela.
Aunque pareciera que en las escuelas el ambiente de igualdad se promueve en cada una de las aulas, la realidad es otra. En la actualidad siguen existiendo colegios destinados únicamente a las niñas, en los que se les exige uniforme de falda larga y a los que por ningún motivo puede asomarse un niño. En algunos de estos colegios incluso se les enseña a las niñas a cocinar, coser y la gestión del hogar. ¿Por qué la necesidad de dividir de acuerdo al sexo? ¿Por qué no enfatizar sobre otro tipo de conocimientos?
En la casa.
Aceptémoslo, desde casa nos inculcan el que, “tú porque eres niña, debes contribuir con los quehaceres del hogar”, excluyendo a los hombres de participar en estas actividades por la simple razón de ser “HOMBRES”. De la infancia ya mejor ni hablamos, porque podemos encontrar actitudes como: “es niña, las niñas no juegan con tierra o con carritos”. ¿Y si dejáramos de establecer quiénes o qué debe hacer cada uno y elegimos simplemente lo que nos gusta? Estaría mejor ¿O no?
En la calle.
Los piropos mal intencionados e incómodos son el pan de todos los días de las mujeres que usamos falda o una blusa con algún escote. Pareciera que vestir con ciertos atuendos o prendas es requisito para que nos falten al respeto, pues no falta el vivo que quiera hacerse el gracioso con comentarios con sentido sexual explícito. Esto no está nada padre. Exijamos respeto y paremos en seco a esos hombres que creen que tienen derecho a hacer esto.
Entre nosotras mismas.
Todas y todos hemos hecho alguna crítica al atuendo de otra chica. No importa dónde nos encontremos, siempre se hablará mal de esas mujeres que llevan la falda más arriba, a las que se maquillan “de más”, a las que le gusta jugar con los chicos y a las que consiguieron el ascenso porque “seguramente le sonrieron al jefe”. ¡STOP! Eso es muy violento, dejemos esa clase de comentarios que además nos hacen ver también mal a quienes los hacemos. No sigamos promoviendo este tipo de actitudes entre nosotras. Seamos libres. Podríamos enumerar muchos otros ejemplos, pero lo importante es que cada una y uno de nosotros hagamos un cambio para que no se sigan fomentando este tipo de actitudes.