Si no quieres que esa conquista en puerta salga huyendo, hay que cuidar las palabras. No hablamos de fingir, pero es más fácil convencer con miel que con hiel.
Entre las recomendaciones que todo el mundo hace para garantizar el éxito de una conquista, hay un denominador común: ser honesto, decir la verdad y sobre todo hablar “sin pelos en la lengua”. Está bien, pero hay quienes se lo toman exageradamente en serio y puede resultar perjudicial.
Aquí cinco frases que pueden hacer que esa persona especial viva una experiencia espeluznante y te descarte, no obstante te hayas esforzado en ser chistoso, educado y hasta complaciente.
“No me caen bien tus amigos”.
Decirle esto a alguien es un “gancho al hígado”, sobre todo si apenas comienzan a salir, porque eso implica que no terminas de conocerlo cuando ya tienes ideas preconcebidas sobre su segunda familia y tampoco los conoces a ellos. En vez de negarte totalmente, date la oportunidad de tratar neutralmente a su círculo de amigos; pues en una de esas, no sólo te encuentras con sorpresas agradables, sino que también pueden ser un referente de los valores que “el susodicho” puede tener, son una fuente de información.
“Mi ex era o hacía…”
Más que generar celos, genera aversión porque eso indica que el o la ex aún no está superad@ o peor aún, que hay intenciones de que lo tomes como referencia o ejemplo a seguir. Este tipo de conversaciones sobre los ex, se tiene una sola vez y sólo si la situación se presta o te preguntan directamente. Comentarios de este tipo pueden hacer pensar que habrá una eterna batalla con tu pasado. Si esto es recurrente, mejor plantéate si en verdad cerraste ya ese ciclo.
“No me gusta tú música”
¡Vamos! a todo mundo le decepciona un tanto que no le guste la música que te apasiona; es válido y una prueba de tolerancia para respetar su alma reggetonera, metalera, rockera o grupera. Seguramente esa persona en algún momento hará algo o te acompañará a un lugar que tampoco le agrade del todo y no te criticará.
“Vamos de antro con mis amigas/os”
Escuchar esta frase cae como un balde de agua fría especialmente a los hombres y hay dos razones muy comunes: no saben ni les gusta bailar (o simplemente no les interesa) y el otro motivo es que de inmediato piensan en esas largas conversaciones entre chicas que lo excluyen. En el caso de las chicas, puede ser que no se sientan en confianza en un lugar en el que apenas pueden escuchar sus propias ideas. La recomendación es proponer otra opción y acudir a estos lugares cuando haya un grado más avanzado de confianza y empatía entre todos los asistentes, porque lo creas o no, a veces resulta incómodo y no hay necesidad, puedes ir sola/o y te sentirás más a gusto de platicar varios temas con tus amigas/os y pasarla bomba. No hagas un drama si su respuesta es negativa ante la invitación.
“Es tan sólo un partido de fútbol (o una serie)”
¡Apocalipsis! Jamás, jamás le digas esto a los pamboleros de corazón o a los seguidores de la serie de moda, porque en verdad, herirás sus más profundos sentimientos y el tema aquí es que descartas o minimizas sus intereses. Así que si su cita se empalma con algún partido, puedes verte muy bien si buscas un restaurante con televisor para ver la trasmisión, no morirás de aburrimiento por ver dos horas a 22 sujetos corriendo por un balón. Tómalo por el lado amable.
Si al momento de hacer un balance entre lo que callas para evitar herirlos y lo que en verdad te agrada del candidato/a, encuentras que es más tu prudencia con las palabras, siempre existe la posibilidad de sincerarte. Esto puede originar que tomen caminos distintos o bien, buscar un punto de equilibrio en donde la tolerancia sea clave.