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Calaverita

5 destinos imperdibles para celebrar el Día de Muertos

Ésta es, probablemente, la segunda fiesta más importante para los mexicanos, sólo detrás del Día de la Independencia.

El origen de esta fiesta se remonta a la época prehispánica, y fue a través de la mezcla de esas tradiciones traídas por los colonizadores que nacieron las actuales celebraciones de Día de Muertos. Cada región en México tiene sus propias costumbres, llenas de picardía y colorido que las hacen únicas y distintas al resto.
Clickbus nos recomienda cinco de los mejores destinos para visitar en estas fechas y disfrutar de una alegre fiesta, además de pan de muerto, chocolate caliente y deliciosos platillos regionales.

Mérida, Yucatán. En la península yucateca, la celebración a los muertos se llama “Hanal pixán”, se lleva a cabo del 31 de octubre al 2 de noviembre. Es una celebración que mezcla costumbres mayas con católicas, los pobladores de esta ciudad y pueblos cercanos, realizan una ofrenda sobre una mesa con un mantel blanco, y acostumbran limpiar sus casas durante el día para dejarlas impecables y así dar la bienvenida a las almas de sus difuntos. El platillo tradicional de esta temporada son los tamales rellenos de guisados, los cuales se cocinan con la técnica tradicional conocida como “pib”, la cual consiste en cocinar a la leña dentro de un agujero en la tierra.

view of the merida church towers from the street
Photo by María Regina Díaz on Pexels.com

Pomuch, Campeche. Es otro pueblo con tradición y herencia maya, su costumbre más característica es la exhumación. La tradición indica que, después de tres años, los restos de los familiares deben ser desenterrados, limpiados y arreglados para honrar a los difuntos y colocarlos en osarios donde se les reza para desearles paz. Los osarios son pintados de colores encendidos y alegres, además de indicarse en ellos el nombre completo de los difuntos, para honrar sus apellidos y herencia maya.

a man standing in front of an ancient structure
Photo by Gerardo Mendoza on Pexels.com

Cholula, Puebla. En esta ciudad poblana se percibe a la muerte, no como el fin de la vida, sino como una continuación de la misma, por lo que el carácter de esta fiesta es sumamente alegre. Los festejos comienzan el 28 de octubre para recordar a los difuntos hasta el 2 de noviembre que se reciben a todas las almas para convivir y despedirse de ellas. A lo largo de todas sus fechas, los pobladores de la ciudad preparan los alimentos preferidos de sus difuntos, entre los que destacan el famoso mole poblano y el tradicional pan de muerto.

Tuxtepec, Oaxaca. La fiesta de los difuntos en Tuxtepec conserva y respeta los elementos más tradicionales de las ofrendas, como la flor de cempasúchil, las veladoras formando una cruz, el agua, la sal y el incienso. Lo más característico entre los altares de Tuxtepec, sin embargo, son los tapetes de aserrín, llenos de colores y motivos religiosos tanto católicos como indígenas. Éstos son preparados con días de antelación y una precisión milimétrica para que estén listos en la Noche de Todos los Santos, además de realizarse un concurso de Tapetes de Aserrín en la plaza central del pueblo, atrayendo a visitantes de pueblos vecinos y turistas de todo el país. Toda la fiesta es aderezada con la exquisita gastronomía local, incluyendo su tradicional chocolate caliente, mole negro, pan de muerto y mezcal.

Pan de Muerto
Pan de Muerto

Xalapa, Veracruz. En esta ciudad colonial, la festividad del día de muertos se ha ido transformando con el paso del tiempo, y actualmente se celebra con un formato de festival cultural, donde además de las tradiciones religiosas, se realizan diferentes actividades culturales y artísticas. El Festival Mictlán se realiza año con año y en él se pueden apreciar actos musicales, de literatura, declamación poética, teatro y danza, además de recorridos por los panteones y mucha deliciosa comida regional.

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